La terquedad es como la brujería

41 La terquedad es como la brujería

Queridos hermanos y hermanas, hoy nos adentramos en la profunda sabiduría del dicho que la terquedad es como la brujería. Esta afirmación lleva un peso de verdad espiritual que nos invita a reflexionar profundamente sobre nuestros corazones y acciones. La terquedad, en su núcleo, es una negativa a ceder o cambiar, a menudo arraigada en el orgullo y la voluntad propia. Es un estado donde el corazón se endurece, resistiendo la guía y la corrección.

Esto es similar a la brujería, no en el sentido de conjuros o encantamientos, sino en la forma en que usurpa el lugar legítimo de Dios en nuestras vidas. Cuando nos aferramos tercamente a nuestros propios caminos, elevamos nuestros deseos por encima de la voluntad de Dios, al igual que la brujería busca manipular y controlar. Este es un asunto espiritual grave porque coloca una barrera entre nosotros y el propósito divino que Dios tiene para nosotros.

Consideremos el ejemplo bíblico del Rey Saúl. La terquedad de Saúl al no obedecer completamente el mandato de Dios condujo a su caída. Eligió seguir su propio entendimiento en lugar de las instrucciones claras de Dios, lo que resultó en que Dios lo rechazara como rey. La historia de Saúl nos enseña que la terquedad puede llevar a la separación de la bendición y favor de Dios.

Querido amigo, es vital examinar nuestros corazones y preguntar: «¿Estoy aferrado a mis caminos a costa de mi relación con Dios?» La Biblia nos anima a mantenernos humildes y abiertos, permitiendo que el Espíritu de Dios nos guíe. La verdadera humildad es la disposición a ser moldeados y cambiados por la mano de Dios, en vez de aferrarnos a nuestro propio entendimiento.

Esforcémonos por ser como barro en las manos del Alfarero, suave y maleable, listo para ser moldeado según Su voluntad. Al hacerlo, nos alineamos con el propósito de Dios y experimentamos Su paz y gozo en abundancia.

Si encuentras útil este mensaje, querido amigo, compártelo con otros para que también puedan ser alentados y bendecidos por esta verdad. Queridos amigos, ahora veamos las escrituras bíblicas a continuación que hablan sobre la terquedad y la brujería.

La terquedad es como la brujería


1 Samuel 15:23 – Terquedad rechaza a Dios como rebeldía

La terquedad es como la brujería (1 Samuel 15:23)

Porque como pecado de adivinación es la rebelión, como ídolos idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey

— 1 Samuel 15:23

En 1 Samuel 15:23, se compara la terquedad con la brujería y la rebeldía, destacando que ambas actitudes son un rechazo a la autoridad de Dios. La terquedad, al igual que la brujería, implica una resistencia consciente a seguir la voluntad divina, colocándose en oposición a Dios. Este versículo nos recuerda que aferrarse a nuestra propia voluntad, en lugar de obedecer a Dios, es un acto de rebeldía que nos aleja de su propósito y bendición.

Proverbios 17:11 – Terquedad conduce a consecuencias severas

El rebelde no busca sino el malY mensajero cruel será enviado contra él

— Proverbios 17:11

Proverbios 17:11 advierte sobre las consecuencias de la terquedad, comparándola con la rebeldía que trae castigo. En la Biblia, la terquedad se equipara a la brujería porque ambas reflejan una resistencia deliberada a la autoridad divina. La terquedad cierra el corazón a la sabiduría y guía de Dios, conduciendo a consecuencias severas. Este versículo nos recuerda que persistir en la obstinación no solo causa daño personal, sino que también nos aleja de la voluntad de Dios, atrayendo consecuencias negativas.

Proverbios 29:1 – Terquedad persistente lleva a la ruina

El hombre que reprendido endurece la cervizDe repente será quebrantado, no habrá para él medicina

— Proverbios 29:1

Proverbios 29:1 advierte sobre las consecuencias de la terquedad persistente. Este versículo nos enseña que, al resistir repetidamente la corrección y negarnos a cambiar, nos dirigimos hacia la ruina. La terquedad se compara con la brujería en el sentido de que ambas actitudes son rebeldes y desafiantes hacia la autoridad divina. Persistir en la terquedad endurece el corazón, impide el crecimiento espiritual y nos aleja de la sabiduría, culminando en consecuencias destructivas.

Isaías 30:1 – Terquedad equivale a rebelión y desobediencia

¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, no de mí; para cobijarse con cubierta, no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado

— Isaías 30:1

Isaías 30:1 advierte sobre las consecuencias de la terquedad y la desobediencia al plan de Dios. El versículo destaca cómo el pueblo de Israel buscaba soluciones humanas y alianzas políticas en lugar de confiar en Dios. Esta terquedad se asemeja a la brujería porque ambas constituyen una rebelión deliberada contra la voluntad divina. Al actuar según su propio juicio, el pueblo se apartaba de la protección y la guía de Dios, lo que llevaba a la desobediencia y a la eventual desgracia.

Isaías 65:2 – Terquedad es rebelión contra Dios

Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos

— Isaías 65:2

Isaías 65:2 dice: «Extendí mis manos todo el día a un pueblo rebelde, que anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos». Este versículo refleja la paciencia de Dios frente a la obstinación humana. La terquedad se compara con la brujería porque ambas son formas de rebelión contra Dios, rechazando Su guía y sabiduría. Persistir en nuestros propios caminos y pensamientos, en lugar de seguir la voluntad divina, es un acto de rebelión que nos aleja de Su amor y propósito.

Jeremías 7:24 – Terquedad aleja de la obediencia divina

No oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, fueron hacia atrás no hacia adelante

— Jeremías 7:24

Jeremías 7:24 destaca cómo el pueblo de Israel se apartó de Dios debido a su terquedad, prefiriendo seguir sus propios deseos en lugar de obedecer la guía divina. Esta actitud es comparada con la brujería, ya que ambas prácticas implican una rebelión consciente contra la voluntad de Dios. La terquedad endurece el corazón, impide el arrepentimiento y cierra el camino hacia la obediencia y la bendición divina, alejándonos de la relación cercana con el Creador.

Jeremías 11:8 – Desobediencia persistente es como hechicería

Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, no lo cumplieron

— Jeremías 11:8

Jeremías 11:8 destaca la rebeldía del pueblo de Israel al ignorar las instrucciones de Dios, a pesar de las advertencias divinas. La terquedad en desobedecer se compara con la gravedad de la brujería, ya que ambas prácticas demuestran un rechazo deliberado a la autoridad de Dios. La desobediencia persistente revela un corazón endurecido, mostrando cómo la resistencia constante a la voluntad divina puede llevar a un alejamiento espiritual y a consecuencias nefastas. Esta reflexión nos insta a examinar nuestro propio compromiso con la obediencia a Dios.

Ezequiel 2:4 – Rebeldes y de corazón obstinado

Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro de empedernido corazón; les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor

— Ezequiel 2:4

Ezequiel 2:4 describe a un pueblo rebelde y de corazón obstinado al que Dios envía al profeta Ezequiel. La terquedad, similar a la brujería, es vista como una forma de desobediencia y rechazo a la autoridad divina. Este versículo subraya la resistencia del pueblo a escuchar y obedecer, a pesar de las advertencias divinas. La rebeldía y la obstinación pueden alejar a las personas de la verdad y la sabiduría de Dios, siendo crucial abrir el corazón para recibir su guía.

Zacarías 7:11-12 – Corazones endurecidos desobedecen la palabra divina

Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, taparon sus oídos para no oír; pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos

— Zacarías 7:11-12

Zacarías 7:11-12 advierte sobre el peligro de endurecer el corazón y desobedecer la palabra de Dios. Estos versículos muestran cómo el pueblo se niega a escuchar, comparando su terquedad con taparse los oídos y endurecer sus corazones como piedra. Al igual que la brujería, esta actitud desafiante separa al individuo de la guía divina. Ignorar las enseñanzas de Dios conduce a la desobediencia y aleja a la persona de Su propósito, resaltando la importancia de mantener un corazón receptivo y obediente.

Deuteronomio 9:6 – Terquedad obstaculiza la obediencia a Dios

Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú

— Deuteronomio 9:6

Deuteronomio 9:6 subraya que el pueblo de Israel no recibe la tierra prometida por su justicia, sino por la fidelidad de Dios a sus promesas. La terquedad, comparada con la brujería, es un obstáculo para la obediencia a Dios, ya que refleja un corazón endurecido y desobediente. Esta actitud impide reconocer la gracia divina y puede alejarnos de sus bendiciones. El versículo nos invita a ser humildes y a depender de la misericordia de Dios en lugar de nuestra propia justicia.

Deuteronomio 31:27 – La terquedad es rebelión contra Dios

Porque yo conozco tu rebelión, tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?

— Deuteronomio 31:27

Deuteronomio 31:27 destaca la naturaleza obstinada y rebelde del pueblo de Israel, advirtiendo sobre su inclinación a desobedecer a Dios. La terquedad se compara con la brujería porque ambas representan una resistencia deliberada a la voluntad divina. Este versículo nos recuerda que aferrarse a nuestra propia voluntad es una forma de rebelión contra Dios. Al igual que Israel, estamos llamados a dejar de lado nuestra terquedad y seguir fielmente las instrucciones de Dios para vivir en armonía con Su propósito.

Isaías 48:4 – Terquedad comparada a la brujería

Por cuanto conozco que eres duro, barra de hierro tu cerviz, tu frente de bronce

— Isaías 48:4

Isaías 48:4 destaca la terquedad del pueblo de Israel, describiéndolos como de «dura cerviz» y con «frente de bronce». Esta obstinación se compara a la brujería en el sentido de que ambos son actos de rebeldía contra Dios. La terquedad refleja un corazón endurecido, cerrado al cambio y a la guía divina. Al igual que la brujería, implica una resistencia activa a la voluntad de Dios, impidiendo así una verdadera relación con Él y alejándonos de su propósito.

Hechos 7:51 – Terquedad opone al Espíritu Santo

¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros

— Hechos 7:51

Hechos 7:51 advierte contra la terquedad y la resistencia al Espíritu Santo. La terquedad se compara con la brujería porque ambas actitudes reflejan una resistencia intencional a la guía divina. Este versículo nos recuerda que endurecer el corazón y rechazar la dirección del Espíritu Santo es un acto de rebelión. Es un llamado a ser receptivos y obedientes, dejando atrás la obstinación que nos aleja de la voluntad de Dios y nos impide experimentar su plena presencia y poder.

Romanos 2:5 – Terquedad endurece el corazón ante Dios

La terquedad es como la brujería (Romanos 2:5)

Pero por tu dureza por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira de la revelación del justo juicio de Dios

— Romanos 2:5

Romanos 2:5 advierte sobre los peligros de la terquedad espiritual, comparándola con la brujería en su capacidad para endurecer el corazón y alejarnos de Dios. La obstinación cierra el alma a la transformación divina, acumulando ira para el día del juicio. Al igual que la brujería, la terquedad es un acto de rebelión que desafía la autoridad y sabiduría de Dios. Para mantener un corazón receptivo, es crucial reconocer esta tendencia y buscar humildad y arrepentimiento ante Dios.

Salmos 81:11-12 – Terquedad lleva a consecuencias no deseadas

Pero mi pueblo no oyó mi vozE Israel no me quiso a míLos dejé, por tanto, a la dureza de su corazónCaminaron en sus propios consejos

— Salmos 81:11-12

El Salmo 81:11-12 destaca cómo la terquedad del pueblo de Israel llevó a consecuencias desafortunadas. Dios lamenta que su pueblo no escuchara su voz y, debido a su obstinación, los dejó seguir sus propios caminos erróneos. La terquedad, comparada con la brujería por su capacidad de alejarnos de la voluntad divina, puede llevarnos a decisiones que nos apartan de las bendiciones de Dios. Este versículo nos recuerda la importancia de ser receptivos a la guía divina para evitar resultados negativos.

Proverbios 1:24-25 – Rechazo a la sabiduría trae consecuencias

Por cuanto llamé, no quisisteis oírExtendí mi mano, no hubo quien atendieseSino que desechasteis todo consejo míoY mi reprensión no quisisteis

— Proverbios 1:24-25

Proverbios 1:24-25 destaca las consecuencias de rechazar la sabiduría y la corrección. Al igual que la terquedad, que en la Biblia se compara con la brujería, el rechazo obstinado de la sabiduría divina lleva a la ruina. Ignorar las repetidas llamadas de la sabiduría resulta en consecuencias inevitables. Este pasaje nos recuerda la importancia de estar abiertos a la corrección y a la guía divina, ya que la soberbia y la obstinación nos alejan del camino de la verdad y la vida.

Nehemías 9:29 – Terquedad rechaza las leyes de Dios

Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, no escucharon

— Nehemías 9:29

Nehemías 9:29 destaca cómo el pueblo de Israel, a pesar de las advertencias divinas, persistió en su terquedad y se desvió de las leyes de Dios. Esta actitud obstinada es comparada a la brujería en su rebeldía, ya que ambas son formas de resistencia contra la voluntad divina. La terquedad ciega el corazón y la mente, causando que se rechacen las enseñanzas y mandamientos de Dios, lo que lleva a la desobediencia y al alejamiento espiritual.

Hebreos 3:15 – No endurezcan sus corazones, escuchen hoy

La terquedad es como la brujería (Hebreos 3:15)

Entre tanto que se diceSi oyereis hoy su vozNo endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación

— Hebreos 3:15

Hebreos 3:15 exhorta a no endurecer nuestros corazones al escuchar la voz de Dios. La terquedad, comparada con la brujería en otras escrituras, refleja una resistencia a la guía divina. Este versículo nos recuerda la importancia de mantener un corazón receptivo y obediente. Al hacerlo, evitamos caer en la obstinación que nos aleja de Dios. Escuchar hoy su voz implica una apertura continua al cambio y al crecimiento espiritual, eligiendo la humildad sobre la resistencia.

2 Crónicas 30:8 – No sean tercos, sometanse al Señor

No endurezcáis, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres; someteos a Jehová, venid a su santuario, el cual él ha santificado para siempre; servid a Jehová vuestro Dios, el ardor de su ira se apartará de vosotros

— 2 Crónicas 30:8

2 Crónicas 30:8 exhorta a no ser tercos y a someterse al Señor, destacando la importancia de abandonar la obstinación. La terquedad, comparada con la brujería en su capacidad de alejar a las personas de Dios, impide una verdadera comunión con Él. Este versículo invita a abrir el corazón y aceptar la guía divina, permitiendo que la misericordia y la gracia de Dios transformen nuestras vidas, en lugar de resistirnos y seguir caminos erróneos.

Levítico 26:41 – Corazón terco lleva al castigo divino

Yo también habré andado en contra de ellos, los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; entonces se humillará su corazón incircunciso, reconocerán su pecado

— Levítico 26:41

Leviticus 26:41 enfatiza que un corazón terco, resistente a Dios, puede llevar al castigo divino. Al igual que la brujería, la terquedad es vista como una forma de rebelión contra la autoridad divina. Dios advierte que si su pueblo persiste en su terquedad, enfrentará consecuencias severas. Sin embargo, también se ofrece la esperanza del arrepentimiento: si reconocen sus faltas y cambian su actitud, pueden restaurar su relación con Él y experimentar su misericordia.

Isaías 1:5 – Rebelión trae sufrimiento y destrucción

¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, todo corazón doliente

— Isaías 1:5

Isaías 1:5 destaca las consecuencias de la terquedad y rebelión del pueblo de Israel contra Dios, comparando su rebeldía con una enfermedad que afecta todo el cuerpo. La terquedad se asemeja a la brujería porque ambas son una resistencia obstinada a la voluntad divina. Este versículo subraya que la rebelión no solo trae sufrimiento personal, sino también destrucción comunitaria. Al ignorar las advertencias divinas, se cosechan consecuencias negativas, enfatizando la necesidad de arrepentimiento y obediencia para evitar el dolor.

Jeremías 16:12 – Terquedad se compara con la desobediencia espiritual

Vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí

— Jeremías 16:12

Jeremías 16:12 advierte sobre la terquedad del corazón humano que lleva a la desobediencia a Dios. La persistencia en seguir caminos propios, ignorando la dirección divina, es comparable a la brujería, ya que ambas actitudes reflejan una rebelión contra la autoridad de Dios. Esta terquedad cierra el corazón a la sabiduría y guía espiritual, separándonos de la paz y bendiciones divinas. Reconocer y corregir esta actitud es fundamental para una relación genuina con Dios.

Ezequiel 3:7 – Israel es terco, no escuchará

Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente obstinada de corazón

— Ezequiel 3:7

Ezequiel 3:7 destaca la resistencia del pueblo de Israel para escuchar y obedecer a Dios, a pesar de las advertencias proféticas. La comparación de la terquedad con la brujería refleja su gravedad, ya que ambas actitudes rechazan la autoridad divina. Esta terquedad es vista como una forma de rebeldía que impide el arrepentimiento y el cambio. El versículo subraya la necesidad de abrir el corazón y la mente a la guía de Dios para evitar la destrucción espiritual.

Mateo 23:37 – Jerusalén rechaza protección y guía divina

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, no quisiste

— Mateo 23:37

En Mateo 23:37, Jesús lamenta cómo Jerusalén ha rechazado repetidamente su amor y protección, comparando su deseo de reunir a su pueblo como una gallina junta a sus polluelos. La terquedad del pueblo, similar a la brujería, implica una resistencia obstinada a la guía divina, prefiriendo seguir su propio camino. Este rechazo a la protección divina refleja cómo la obstinación ciega puede llevar a la pérdida de bendiciones y protección, dejándonos vulnerables y expuestos.

Oseas 4:16 – Terquedad comparada con rebelión y brujería

Porque como novilla indómita se apartó Israel; ¿los apacentará ahora Jehová como a corderos en lugar espacioso?

— Oseas 4:16

Oseas 4:16 compara la terquedad de Israel con una vaca indomable, destacando su resistencia a seguir a Dios. La terquedad, similar a la brujería, implica una voluntad obstinada y rebelde que rechaza la dirección divina. Esta actitud es vista como un acto de rebelión, al igual que la brujería, ya que ambos desafían el orden establecido por Dios. La advertencia es clara: una actitud obstinada puede alejarnos de la guía y bendición de Dios, conduciéndonos al caos espiritual.

Jeremías 5:23 – Terquedad es rebeldía y desobediencia grave

No obstante, este pueblo tiene corazón falso rebelde; se apartaron se fueron

— Jeremías 5:23

Jeremías 5:23 señala la terquedad del corazón del pueblo de Israel, que se aparta de Dios y rechaza Su guía. Comparar la terquedad con la brujería resalta la gravedad de la desobediencia, ya que ambas actitudes implican una rebelión consciente contra Dios. La terquedad no solo es desafiante, sino que también cierra el corazón a la verdad divina, resultando en una separación voluntaria de la voluntad de Dios y, por ende, en una desobediencia grave.

Romanos 10:21 – Israel rechaza a Dios persistentemente

Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde contradictor

— Romanos 10:21

Romanos 10:21 destaca la persistente resistencia de Israel hacia Dios, a pesar de Su constante llamado y paciencia: «Todo el día extendí mis manos a un pueblo desobediente y rebelde». La terquedad de Israel se asemeja a la brujería en su rechazo deliberado de la guía divina. Este versículo ilustra cómo la obstinación puede alejarnos de Dios, recordándonos la importancia de abrir nuestros corazones y abandonar la rebeldía que impide una relación genuina con Él.

Éxodo 32:9 – Terquedad del pueblo es obstinación peligrosa

Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz

— Éxodo 32:9

Éxodo 32:9 refleja la frustración de Dios ante la terquedad del pueblo de Israel, que se apartó de sus mandamientos para adorar al becerro de oro. Esta obstinación se compara con la brujería, ya que ambas son formas de rebelión contra la voluntad divina. La terquedad impide el crecimiento espiritual y la obediencia a Dios, llevando a consecuencias negativas. Este versículo nos advierte sobre los peligros de resistir la guía divina y la importancia de mantenernos fieles.

Salmos 78:8 – Terquedad es desobediencia y falta de fe

No sean como sus padresGeneración contumaz rebeldeGeneración que no dispuso su corazónNi fue fiel para con Dios su espíritu

— Salmos 78:8

El Salmo 78:8 advierte contra ser como las generaciones tercas y rebeldes, que no prepararon su corazón ni fueron fieles a Dios. La terquedad es vista como una forma de desobediencia y falta de fe, similar a la brujería, porque ambos rechazan la autoridad divina. Cuando nos aferramos a nuestra propia voluntad, nos alejamos de la guía de Dios y de su propósito. Este versículo nos invita a reflexionar sobre la importancia de ser obedientes y tener un corazón dispuesto a seguir a Dios.

2 Reyes 17:14 – Terquedad similar a la idolatría y desobediencia

Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios

— 2 Reyes 17:14

2 Reyes 17:14 destaca la terquedad del pueblo de Israel al rechazar las advertencias de Dios y seguir sus propios caminos. Esta obstinación se equipara a la idolatría, ya que ambos son actos de desobediencia que apartan de la voluntad divina. Al igual que la brujería, la terquedad refleja un corazón endurecido que se niega a someterse a Dios. Este comportamiento lleva a la separación de Dios y a consecuencias negativas, enfatizando la importancia de la humildad y la obediencia.

Proverbios 28:14 – La terquedad conduce a la desgracia

La terquedad es como la brujería (Proverbios 28:14)

Bienaventurado el hombre que siempre teme a DiosMas el que endurece su corazón caerá en el mal

— Proverbios 28:14

Proverbios 28:14 dice: «¡Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; pero el que endurece su corazón caerá en el mal!» Este versículo resalta la importancia de ser receptivo y humilde ante la guía divina. La terquedad, comparada con la brujería en su capacidad de alejarnos de Dios, lleva a la desgracia al cerrar nuestros corazones. La resistencia a la corrección y la obstinación nos apartan de la sabiduría, conduciendo a consecuencias negativas y alejándonos de la bendición de Dios.

Amós 4:6 – Terquedad desafiante ante advertencias divinas

Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová

— Amós 4:6

Amós 4:6 trata sobre cómo Dios advierte a Israel mediante castigos para que se vuelva a Él, pero el pueblo persiste en su terquedad. Este versículo resalta la resistencia obstinada ante las advertencias divinas, similar a cómo la brujería se opone a la voluntad de Dios. La terquedad es vista aquí como un desafío directo a la autoridad divina, ya que, a pesar de las correcciones, el pueblo se niega a arrepentirse y cambiar su camino.

1 Samuel 12:15 – Desobediencia es como pecado de idolatría

Mas si no oyereis la voz de Jehová, si fuereis rebeldes a las palabras de Jehová, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo contra vuestros padres

— 1 Samuel 12:15

1 Samuel 12:15 advierte sobre las consecuencias de desobedecer a Dios. La terquedad y la desobediencia se comparan con la brujería y la idolatría, respectivamente, porque ambas actitudes reflejan una resistencia deliberada a la voluntad divina. Al rechazar las instrucciones de Dios, el pueblo elige seguir sus propios deseos, similar a adorar ídolos. Esta comparación subraya la gravedad de ignorar la guía divina, recordándonos que la verdadera obediencia es esencial para mantener una relación fiel con Dios.

Miqueas 6:16 – Terquedad es desobediencia a Dios

Porque los mandamientos de Omri se han guardado, toda obra de la casa de Acab; en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te pusiese en asolamiento, tus moradores para burla. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo

— Miqueas 6:16

Miqueas 6:16 advierte sobre las consecuencias de seguir los caminos de la desobediencia, como lo hicieron las casas de Omri y Acab. La terquedad, al igual que la brujería, es vista como una forma de rebelión contra Dios. Al aferrarnos a nuestra propia voluntad en lugar de obedecer a Dios, nos alejamos de sus caminos y nos exponemos a su juicio. Este versículo nos recuerda que la desobediencia y la terquedad son actos de rebeldía que nos separan de la voluntad divina.

Jeremías 18:12 – Terquedad rechaza advertencias divinas

Dijeron: Es en vano; porque en pos de nuestros ídolos iremos, haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón

— Jeremías 18:12

Jeremías 18:12 destaca la resistencia del pueblo a las advertencias de Dios, demostrando una terquedad similar a la brujería, que es rechazar la guía divina. Esta obstinación refleja una negativa a arrepentirse y seguir el camino correcto que Dios ofrece. Al ignorar estas advertencias, el pueblo elige seguir sus propios deseos, alejándose de la voluntad divina y enfrentando las consecuencias de su rebeldía. La terquedad, por lo tanto, es un acto de desafío contra Dios y su sabiduría.

Isaías 3:8 – Jerusalén cae por su rebelión obstinada

Pues arruinada está Jerusalén, Judá ha caído; porque la lengua de ellos sus obras han sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad

— Isaías 3:8

Isaías 3:8 destaca la caída de Jerusalén debido a su obstinada rebelión contra Dios. La terquedad del pueblo es comparada con la brujería, mostrando cómo su desobediencia y rechazo a la guía divina los llevan a la ruina. Esta actitud desafiante y autosuficiente desvía al pueblo de la protección y bendición de Dios, resultando en su inevitable caída. El versículo nos advierte sobre las consecuencias de alejarnos de Dios y la importancia de la humildad y obediencia.

2 Crónicas 36:13 – Zedequías endureció su corazón y desobedeció

Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; endureció su cerviz, obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel

— 2 Crónicas 36:13

2 Crónicas 36:13 describe cómo el rey Sedequías, a pesar de los juramentos hechos ante Dios, se rebeló contra el rey Nabucodonosor y endureció su corazón. Este acto de terquedad es comparado con la brujería porque ambas son formas de rebelión contra la autoridad divina. La desobediencia de Sedequías ilustra cómo un corazón endurecido puede llevar a la ruina, al rechazar la guía y las advertencias de Dios, resultando en consecuencias devastadoras para él y su pueblo.

Éxodo 33:3 – Terquedad alejando de la presencia divina

(a la tierra que fluye leche miel); pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino

— Éxodo 33:3

Éxodo 33:3 habla del peligro de la terquedad del pueblo de Israel, que los aleja de la presencia divina. Dios advierte que su obstinación es un obstáculo para recibir sus bendiciones. La terquedad, similar a la brujería, es rechazar el camino de Dios, llevándonos a vivir fuera de su voluntad. Este versículo nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras actitudes pueden impedirnos experimentar plenamente la presencia y guía de Dios en nuestra vida.

Ezequiel 20:8 – Rebelión es desobedecer y desafiar a Dios

Mas ellos se rebelaron contra mí, no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto

— Ezequiel 20:8

Ezequiel 20:8 destaca la rebelión del pueblo de Israel al rechazar a Dios y aferrarse a ídolos. La terquedad humana, comparada con la brujería, refleja una resistencia obstinada contra la voluntad divina. Esta desobediencia es un desafío directo a Dios, similar a practicar la brujería, que busca manipular lo espiritual en contra de Su voluntad. La rebelión, entonces, no solo es desobediencia, sino un acto de desafío que separa al individuo de la guía y protección de Dios.

Marcos 8:17 – Terquedad ciega el entendimiento espiritual

Entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón?

— Marcos 8:17

Marcos 8:17 dice: «Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué discutís porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis aún? ¿Tenéis endurecido vuestro corazón?» Este versículo destaca cómo la terquedad puede cegar nuestro entendimiento espiritual. Al aferrarnos a ideas preconcebidas o preocupaciones mundanas, como los discípulos que se enfocaban en la falta de pan, perdemos de vista las verdades espirituales y la obra de Dios. La terquedad actúa como un velo, impidiéndonos ver y comprender plenamente las enseñanzas de Jesús.

Conclusión


La enseñanza que extraemos de la comparación entre la terquedad y la brujería es una llamada urgente a la humildad y al sometimiento a la voluntad de Dios. La terquedad, al igual que la brujería, nos aleja de Dios al priorizar nuestros propios deseos sobre Su guía divina. Esto nos recuerda la importancia de cultivar un corazón abierto y receptivo, dispuesto a escuchar y obedecer la dirección de Dios en nuestras vidas.

Debemos reflexionar sobre nuestras actitudes y decisiones, preguntándonos si estamos permitiendo que el orgullo nos impida recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros. Un corazón terco es un obstáculo para el crecimiento espiritual y puede llevarnos a perder la comunión y el favor divino, como le ocurrió al rey Saúl.

Nuestro pensamiento debe ser uno de sumisión y flexibilidad ante la corrección divina. Al orar, pidamos a Dios que nos ayude a ser como barro en las manos del Alfarero, sensibles a Su toque y dispuestos a ser transformados a Su imagen. Que busquemos siempre estar alineados con Su propósito, para experimentar la paz y el gozo que provienen de una relación íntima con Él. Que nuestros corazones estén siempre abiertos a Su guía, evitando la terquedad que nos separa de Su amor y propósito.

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